En el año 1980 el consejo deliberante del Partido de Pilar por medio de una ordenanza municipal delegó en la institución de Bomberos Voluntarios la tarea de control para la prevención contra incendios en la comunidad. Los medios a menudo se enfocan en los incendios ocurridos con desastrosas consecuencias ya que siempre se entendió que la función principal de una institución de bomberos solo es la intervención en un siniestro.
Con el consenso municipal y de los representantes de comercios e industrias, se promulgó su reglamentación creando así la Sección Técnica quien controla las medidas de prevención de incendios en los establecimientos industriales, comerciales, de pública concurrencia y viviendas multifamiliares, previo a su habilitación. Esta idea con el correr de tiempo fue modelo para otras localidades vecinas como en otras provincias. La institución es la responsable de hacer cumplir las medidas de prevención de incendios a nivel local, tal como ocurre en las principales ciudades del mundo.
La institución en todos estos años desarrolló una enorme experiencia en capacitación, habiendo participado (disertando y asistiendo) en seminarios y congresos en el país y en el exterior, formando profesionales entre sus miembros, y es en parte a esta trayectoria la que le ha valido el reconocimiento y el prestigio que hoy posee.
En tal sentido, también se han disminuido sustancialmente la cantidad de incendios. Podemos entonces decir que por un lado la prevención de incendios en las edificaciones y por el otro el deber de asistencia en las emergencias, cumplen con el camino correcto hacia “la prevención y protección de vidas y bienes”.
