¿Qué es obligatorio y qué recomendable?


Los incendios sufridos a lo largo de la historia han evidenciado la necesidad de dotar a las edificaciones de medios suficientes para detectar y combatir el fuego, además de un diseño adecuado que impida la rápida propagación del humo y de las llamas por todo el inmueble.



Entendemos la disparidad de los códigos constructivos o de edificación en los distintos distritos ya que tienden a la confusión o tienen muy pocos requerimientos en seguridad contra incendio. No obstante, existen normas que podrían ser de aplicación voluntaria brindando todos los detalles de las medidas de protección.
¿Por qué es recomendable contar con instalaciones de protección contra incendios?
La realidad es que muchas edificaciones se construyeron en una época en la que no había una clara legislación que les obligara a disponer de medios para prevenir, detectar y proteger a los ocupantes del fuego, y a los que con el paso de los años, no se les ha exigido puesto que no han variado respecto a su habilitación, ocupación o funcionamiento.
Sin embargo, es indiscutible que todos ellos deberían contar con instalaciones de protección contra incendios, puesto que el riesgo intrínseco de sufrir un incendio es el mismo en este tipo de edificios antiguos, que en otros construidos más recientemente, con el gravamen de que muchos de los inmuebles fueron diseñados sin ofrecer seguridad suficiente a sus ocupantes. Pongamos un ejemplo: un edificio de más de ocho plantas de altura, en el que su única escalera de comunicación entre todas las plantas, en cada piso de planta, comunica directamente con las puertas de acceso a las viviendas y con los ascensores. En este caso, el humo provocado por el incendio en, por ejemplo la planta segunda, invadiría directamente la escalera, anulando el único recorrido de evacuación que los vecinos tiene para salir a la calle.
Es evidente que dependiendo de la configuración del inmueble la solución será una u otra y que en muchos de ellos será imposible cumplir a rajatabla, pero cualquier sistema de seguridad que se instale será mejor que no tener nada. Colocar extintores en las escaleras y cuartos de instalaciones y alumbrado de emergencia en las vías de evacuación no suponen una gran inversión pero al menos, permitirían atacar el fuego cuando está empezando y evacuar el edificio con iluminación suficiente, sin tropiezos ni caídas. Los sistemas de detección y alarma de incendio son de una ayuda inestimable en viviendas, comercios e industrias.
Igual que apreciamos que nuestro vehículo posea Air Bag, ABS, etc, porque vemos claro que son medios que nos ayudan a minimizar los daños personales en un accidente, es hora de entender que los sistemas de protección contra incendios cumplen la misma función: detectar y combatir el fuego en su fase temprana, reduciendo el incidente a un susto y, a lo sumo, una campana de cocina quemada, en lugar de un edificio con fuego generalizado. ¿No es una temeridad permanecer o habitar en un inmueble en el que no exista ninguna medida para detectar y luchar contra el fuego?.

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